domingo, 22 de mayo de 2016

Aguas continentales





Las aguas continentales son cuerpos de agua permanentes que se encuentran sobre o debajo de la superficie de la Tierra alejados de las zonas costeras (excepto por las desembocaduras de los ríos y otras corrientes de agua). Además, son zonas cuyas propiedades y usos están dominados por los acontecimientos de condiciones de inundación, ya sean estos permanentes, estacionales o intermitentes.


Algunas aguas continentales son ríos, lagos, llanuras de inundación, reservas, humedales y sistemas salinos de interior.

Existen dos tipos de aguas continentales, que son los siguientes: superficiales y subterráneas.


Aguas superficiales:


El uso principal de estos cursos de agua -ríos, arroyos, cañadas, lagunas- tiene que ver con el riego, la ganadería, el consumo humano, la hidroelectricidad, la recreación y el vertido de desechos domésticos e industriales en la que estén situados. Si ocupan una gran extensión reciben el nombre de mares interiores, además de que se distinguen entre lagos de agua dulce o lagos salados (con una concentración de sales superior al 5%). Asimismo dependiendo del sistema de alimentación del lago, se clasifican en lagos de régimen pluvial, su agua proviene de las lluvias; nival, su fuente proviene de la fundición de la nieve; pluvionival, al alimentarse tanto de precipitaciones como de la nieve; fluvial, proviene de un río; glaciar, al venir de un glaciar y freático, al formarse cuando aumenta el nivel freático de la zona en la que se encuentren situados, es decir, el nivel de aguas subterráneas. Pero la clasificación más común es la que se hace atendiendo a su origen, distinguiendo entre:





  • Lagos tectónicos, cuando de hallan en zonas de fracturas y hundimientos de la corteza terrestre como las originadas por fallas, plegamientos o movimientos de elevación o hundimiento terrestre (movimientos epirogénicos). Son los casos del mar Muerto, que está situado a 400 metros por debajo del nivel del mar Mediterráneo.
  • Los lagos de origen glaciar están ubicados en estas cubetas formadas por las morrenas, presentando una forma variada y permitiendo, en sus orillas, el establecimiento de una densa vegetación, principalmente deconíferas. Estos bosques de coníferas suelen ser aprovechados y explotados para obtener madera y fabricar papel. A este apartado pertenecen también los lagos de circo glaciar, por lo común pequeños y que suelen presentar un río de alimentación y otro emisor.
  • Lagos de erosión o glaciares, cuando las depresiones han sido excavadas por las grandes lenguas glaciares durante el ciclo erosivo del glaciar, es decir, mientras esté en movimiento al arrastrar el glaciar materiales constituyendo las morrenas, las cuales se depositan en el extremo frontal de la lengua glaciar y, por sobreexcavación, se forma una hondonada que da lugar a un lago. Son de forma alargada y de tamaño variable. Generalmente su forma se halla adaptada al valle erosionado por los glaciares.
  • Lagos cráteres, son los que ocupan las calderas volcánicas, resultado de la explosión del cráter de un volcán. Suelen ser muy reducidos, con paredes casi verticales y una superficie más o menos vertical. Un ejemplo es la Laguna de Posadilla (Ciudad Real).
  • Lagos de cuencas endorreicas, es decir, que no desembocan al mar; son depresiones del terreno sin salida al mar. Sus aguas suelen ser saladas, por la evaporación de éstas y la progresiva concentración de sales a lo largo del tiempo, caso de la laguna de Gallocanta (Teruel).
  • Lagos fluviales que surgen en valles muy llanos, apenas sin desagüe, cuando las grandes avenidas de los ríos inundan los márgenes.
  • Lagos residuales, que son testimonio de antiguos mares lentamente desecados y, con frecuencia, de gran salinidad. Como por ejemplo el mar Caspio.
  • Lagos cársticos, frecuentemente subterráneos, aparecen en las grietas y depresiones de las rocas calizas al producirse la erosión de este tipo de rocas por la acción del agua.


  • Rios:

Los ríos son corrientes de agua que fluyen por un cauce desde tierras altas a tierras bajas y que finalmente vierten a un lago, a otro río o al mar, excepto en zonas desérticas, donde pueden desaparecer por consunción. En realidad no hay diferencias fundamentales entre torrentes y ríos, solamente su longitud y periodicidad.


Un río se caracteriza por su caudal y su régimen. Se puede distinguir también entre lecho menor (el estrecho canal ocupado por la corriente de agua) y lecho mayor (el cauce mayor ocupado por las crecidas). Según su origen se diferencian varios tipos de ríos:
De origen glaciar, cuando sus aguas fluidas proceden de la fusión del hielo glaciar.
De origen nival, resultante de la fusión de las nieves en primavera y en verano.
De origen pluvial, formados por las lluvias principalmente de invierno.


  • Aguas polares:



El agua dulce que forma parte de los ríos y los lagos es escasa comparada con el agua dulce que se encuentra concentrada principalmente en las reservas de las regiones frías (65% del total), como las capas de hielo continentales, glaciares, y en forma de nieve o hielo.





  • Glaciares:


Los glaciares son grandes masas de hielo situadas sobre una superficie de terreno, que se desplazan lentamente en descenso a favor de la pendiente y a partir de una cuenca (circo glaciar). La condición de formación de un glaciar es la de que la cantidad de nieve caída durante un invierno exceda a la fundida durante el verano siguiente, constituyendo el nivel de las nieves persistentes, y si la nieve no funde nada el de las nieves perpetuas. De este modo cada año se va superponiendo una masa de nieve a la ya acumulada, y es su propio peso el que elimina las capas de aire que han quedado tras las sucesivas nevadas, y por fusión parcial y rehielo se congela de nuevo, uniéndose los cristales aislados, este hecho es lo que se llama recristalización. Así se forma un agregado granular, llamado neviza. Por continuación del proceso, la neviza se transforma en hielo blanco a partir del que se origina el hielo glaciar, de color azulado. Al espesarse esta capa de hielo, comienza a desplazarse a favor de la pendiente convirtiéndose así en un glaciar activo.


Los glaciares de valle se localizan en zonas altas, independientemente de su localización latitudinal, son largos y estrechos, naciendo en las cabeceras de las cuencas donde se sitúan y circulando dentro de los valles de las cadenas montañosas. Consta de un circo y de una gran lengua glaciar, que llega hasta la zona de fusión del hielo. Están muy desarrollados en Alaska, Himalaya o Nueva Zelanda.

Los glaciares de circo o colgado, típicos de cadenas montañosas de latitudes medias. Son glaciares de pequeñas dimensiones ocupando únicamente su propio circo, ya que por razones climatológicas, la lengua funde rápidamente sin llegar a formarse en realidad. Como ejemplo destacamos el glaciar del Aneto, de poco más de un kilómetro de extensión localizado en los Pirineos españoles.

Los glaciares de pie de monte, o alaskiano, están formado por la conjunción de varios glaciares de valle, que forman una enorme superficie de hielo que al llegar al valle se expanden formando abanicos y quedando fuera del control del relieve. Ejemplos en Alaska o Chile.
Glaciares escandinavos o de casquete, típicos de cadenas montañosas de latitudes medias, es decir situados en zonas un poco alejadas de las zonas polares, se localizan en superficies de terreno planas y limitadas por montañas elevadas. Estos glaciares llenan completamente sus valles.
Glaciares alpinos, son pequeños glaciares de valle que están nutridos por una o más cuencas de circo y presentan una zona de descarga, Pueden unirse varios formando redes. Los mejores ejemplos los encontramos en los Alpes.

Glaciares continentales o Indandsis, siendo éste un glaciar de casquete de grandes dimensiones con más de 1 kilómetro de espesor que cubría parte de los continentes europeo, americano y asiático durante la máxima extensión de los hielos pleistocenos. Actualmente, son propios de Groenlandia y la Antártida; el espesor medio del hielo es de 2 kilómetros. A veces sobresalen picos rocosos por encima de la superficie de hielo, que corresponden a las cimas de montañas y se conocen con el nombre de nunataks.

Glaciares marinos, son los glaciares que se forman al congelarse el agua marina. En su formación, hay una primera fase de formación de cristales, luego se unen formando una capa delgada llamada pancake-ice, la cual va creciendo en espesor y se cementa formándose los hielos marinos o packs.


Aguas subterráneas:

  • Usos: 


Para abastecer al hombre:


La vida de la especie humana se ha desarrollado en torno al agua. Los establecimientos humanos siempre se han realizado en puntos con disponibilidad de este recurso. Se conocen casos de abastecimientos “de origen subterráneo” especialmente manantiales y fuentes.

En una gran parte de los países, tanto desarrollados como los denominados Tercer mundo, dominan la procedencia subterránea de las aguas consumidas para abastecimiento. En las regiones áridas y semiáridas se entiende que las aguas subterráneas son la procedencia mayoritaria para consumo humano al no haber o ser insuficiente la disponibilidad de los almacenamientos o corrientes superficiales.

  • Agricultura:

Las ventajas del riego desde los acuíferos frente al procedente de cursos o almacenamientos superficiales pueden resumirse en los siguientes aspectos:

Distribución geográfica: mientras que el agua superficial se presenta en espacios bien definidos (ríos, lagos, embalses) que ocupan áreas de escasa extensión, los acuíferos pueden presentarse bajo extensas regiones.
Almacenamiento: los volúmenes de agua almacenados en los acuíferos son muy superiores a los que pueden regularse en la superficie. Esto supone una mayor regularidad de los caudales disponibles, al ser los acuíferos menos sensibles a las variaciones estacionales.

De estas ventajas deriva la mayor facilidad para realizar un desarrollo escalonado de la actividad agrícola, al no depender de las grandes y costosas infraestructuras de obras de regulación, transporte y distribución, necesarias en los regadíos con aguas superficiales. En países con abundante disposición de aguas superficiales como la Europa occidental, los porcentajes de abastecimientos con aguas subterráneas son del orden del 99% en Dinamarca, 68% en Italia, 76% en Bélgica...

La explicación podemos encontrarla al analizar las principales ventajas del abastecimiento que van desde los acuíferos frente al de las aguas superficiales que se resumen en:
Regularidad y seguridad de los caudales. La explotación de los almacenamientos subterráneos ofrecen mayor facilidad de regulación de los caudales necesarios, siendo menos sensible a los cambios estacionales, situaciones meteorológicas anómalas (sequías, inundaciones...).
Calidad del agua. Las aguas de procedencia subterránea tienen, mejor calidad como agua de consumo que las superficiales. La mayor parte de las aguas embotelladas proceden de manantiales o captaciones subterráneas.
Proximidad geográfica respecto a la demanda y competitividad económica. Gran parte de las aglomeraciones urbanas se ubican sobre o próximas a formaciones geológicas acuíferas.

  • Industria: 


Es difícil cuantificar el orden de magnitud del consumo que esta actividad supone. La tendencia actual de desligar determinadas actividades industriales de las zonas residenciales, hace que sean cada vez más frecuente que estas industrias se abastezcan de agua subterránea como alternativa menos costosa.


No todo son ventajas en la explotación de las aguas subterráneas para el regadío, que pueden derivar en problemas de a veces compleja solución. Ejemplos de ello son la contaminación difusa por fertilizantes y productos fitosanitarios.

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